El asma
es una enfermedad en la que hay dificultad para respirar. Se produce cuando los
bronquios, que son los conductos por los que entra y sale el aire de los
pulmones, se estrechan. Los niños con asma suelen tener episodios de tos y
dificultad respiratoria, entre otros periodos en los que no tienen molestias.
Aproximadamente
un 8-10% de los niños en España sufren la enfermedad. Suele aparecer en edades
tempranas. Más de la mitad de los casos se inician antes de los 10 años.
¿Por qué se produce?
Los
niños pueden tener asma por varias causas. La más frecuente suele ser un
resfriado común o catarro. Otros factores irritantes, como el humo del tabaco o
la contaminación ambiental, pueden precipitarla. En los niños con alergia, la
exposición a sustancias a las que son sensibles, como los ácaros del polvo
doméstico, el polen o los animales, pueden producir inflamación bronquial.
¿Cuáles son los síntomas de una crisis asmática?
Una
crisis de asma es un episodio agudo de tos, ahogo, opresión y ruidos en el
pecho (“pitos”). En ocasiones, la crisis puede ser la primera manifestación de
la enfermedad, aunque esto no es lo habitual.
Los
síntomas suelen empeorar por la noche y con el ejercicio.
¿Qué puedo hacer?
Mantener
al niño en reposo, en un ambiente tranquilo y sin humo.
La
mejor posición para respirar es la de sentado.
Se debe
iniciar el tratamiento en casa, con medicamentos que abren los bronquios
(broncodilatadores). Es importante tratar los síntomas una vez detectados, sin
esperar a ver cómo evolucionan.
¿Cuándo debo consultar en un servicio de urgencias?
- Cuando
el niño tenga dificultad importante para respirar, es decir, respira muy
rápido, se le marcan las costillas, respira con el abdomen o se oyen “pitos”
con claridad.
- Si el
niño está somnoliento, muy irritable o apenas puede hablar o caminar.
- Si el
niño se pone pálido o morado.
- Si
parece no responder al tratamiento y es necesario utilizar broncodilatadores de
forma muy frecuente, cada menos de dos horas.
¿Cómo se trata?
Los
medicamentos que abren los bronquios son el salbutamol y la terbtulina. Se
toman por vía inhalatoria, es decir, que hay que respirarlos para que hagan su
efecto. Tienen una acción muy rápida y alivian los síntomas, permitiendo la
entrada y salida de aire. Dependiendo de la edad del niño, puede ser necesario
el uso de cámaras para que el medicamento haga efecto.
Las
dosis habitualmente recomendadas son:
- Salbutamol
con cámara: 4 inhalaciones cada 20 minutos, hasta 3 tandas (60 minutos).
- Terbutalina:
2 inhalaciones cada 20 minutos, hasta 3 tandas (60 minutos).
Una vez
aplicado este tratamiento, hay que observar al niño. Si hay una mejoría clara y
se mantiene unas 4 horas, se administrarán entre 2 y 4 inhalaciones cada 4
horas.
Sin
embargo, si no mejora con el tratamiento o la mejoría es pasajera, se aconseja
consultar en un servicio de urgencias.
Cuando
la crisis es más intensa, el médico puede aconsejar el tratamiento con
medicamentos que disminuyen la inflamación de los bronquios (corticoides) en
forma de pastillas o gotas.
¿Cómo se puede prevenir?
- Si el
médico le ha recomendado utilizar una medicación diaria para prevenir el asma,
es conveniente administrarla para evitar recaídas.
- Dado
que los resfriados son los desencadenantes más frecuentes, es apropiado
instruir a los niños en el lavado de las manos para evitar los contagios.
- Evitar
la inhalación de humo del tabaco.
- Si el
niño es alérgico, se aconseja seguir las recomendaciones de evitación pautadas
por el médico.
- Cuando
el niño padece sobrepeso u obesidad, hay que animarle a bajar peso.
- Hay que ventilar diariamente
todos los ambientes de la casa, abrir las ventanas de par en par para renovar
el aire, en cualquier estación del año, aún en días de bajas temperaturas al
menos veinte minutos al día.
- Los purificadores de aire puede ser
útiles para asegurar un aire limpio para que el niño respire. No es algo
indispensable pero si muy recomendable.
Los purificadores de aire son perfectos para evitar este tipo de problemas. Tener una casa con aire puro te ayudará enormemente a paliar todos los síntomas y problemas derivados de lo cargado o no que pueda estar el aire de tu hogar. Ácaros, polen y polvo puede provocar problemas respiratorios al largo plazo.
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