Los estudios ya han demostrado que tener el HDL
colesterol en sus cifras adecuadas es importante ya que si se encuentra por
debajo de los valores normales, que son 40mg/dl en hombres y 50mg/dl en mujeres
se favorece la aparición de un síndrome que se llama "síndrome metabólico". Éste se caracteriza por tener a la vez varias anomalías metabólicas relacionadas entre sí como la hipertensión arterial, obesidad abdominal, niveles elevados
de glucosa o triglicéridos y bajo el HDL colesterol sanguíneo. Estos factores, cuando están asociados, representan una condición que se considera de alto riesgo para la aparición de enfermedades cardiovasculares.
En este sentido, la Sociedad Europea de Cardiología publica unas guías dirigidas al colectivo médico con el fin de orientarles a la hora de aplicar tratamientos
adecuados para el manejo de las alteraciones en sangre de lípidos plasmáticos como el colesterol y los triglicéridos.
Estas guías
tienen un apartado que está destinado a las recomendaciones nutricionales. Se
clasifican en función de la efectividad que han demostrado a la hora de
incrementar el HDL colesterol.
Por ejemplo, comer menos grasas saturadas es clave. Las grasas
saturadas están en la carne de los rumiantes, embutidos, lácteos, mantequilla, bollería
industrial y muchos alimentos procesados. Lo recomendable es leer los
ingredientes de los productos que compramos para detectar si contienen o no
grasas saturadas. Los llamados aceites vegetales parcialmente hidrogenados
también son grasas saturadas, así como las grasas trans.
Aumentar la actividad física también influye sobre el colesterol bueno. Siempre es
bueno hacer ejercicio y andar también se
considera ejercicio. Por ejemplo, dar un paseo a paso rápido durante una hora es una buena alternativa a los que no pueden
practicar deportes o no tienen tiempo para ir a un gimnasio.
Como menos influyente recomiendan la reducción del sobrepeso. En este
sentido, debemos intentar estar en un índice corporal por debajo de 25. Si queremos hacerlo con cabeza y de
manera equilibrada lo mejor es acudir a un nutricionista para que nos controle
la dieta.
Reducir los hidratos de carbono refinados también es conveniente. En este apartado debemos evitar sobre todo el azúcar y los cereales muy refinados. Las opciones integrales son una
buena alternativa.
Recomiendan Incrementar la ingesta de grasas
insaturadas como el aceite de oliva y
comer pescado azul rico en ácidos grasos omega-3.
Hay que moderar la ingesta de alcohol a dos copas de
vino o cerveza en hombres y una en mujeres.
Influye poco, pero algo, ingerir alimentos con
hidratos de carbono de bajo índice glucémico, como las verduras, legumbres y algunas frutas. Hay que abandonar
el tabaco.
En general, se recomiendan estos cambios de estilo
de vida en aquellas personas que tengan los lípidos alterados. No obstante, en un gran número de dislipémicos también será necesario iniciar un tratamiento farmacológico que lo instaurará su
médico. En este sentido no hay un arsenal terapéutico amplio. El ácido nicotínico ha demostrado incrementar el HDL colesterol pero no es fácil de manejar por algunos efectos secundarios que presenta.
Lo que recomiendo es hacerse análisis sanguíneos una vez al año y que sea el médico quien prescriba una tratamiento. Aparte de
esto, nos tendremos que esforzar por mejorar las cifras a través de la alimentación, ejercicio y el cese del tabaco.
Esperamos estos consejos sean de vuestra ayuda.
Artículo realizado por Elikatessen
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